Este santo comparte junto con San Pedro y San Pablo su patronazgo sobre la ciudad.
La corporación municipal y representantes de instituciones de Burgos, asisten en comitiva a la iglesia de quien es titular el santo. Allí se celebra la misa solemne, con ofrenda del cirio, que realiza el alcalde y danza al santo por algún grupo folklórico.
A la salida, los burgaleses participan, cada vez más, en los actos festivos con baile de jotas al son de la dulzaina y degustando productos tradicionales de la tierra: chorizo, morcilla y vino, que se venden y se regalan en los alrededores.
Los roscos de San Lesmes son muy populares, y además de ofrendarlos al santo en la misa, muchos compran, bendecidos, para acompañar la comida del día, pues son similares al pan y al bollo de leche. A esas dos variedades se añade la ideada por las pastelerías: rosco de hojaldre relleno de nata y crema, que contiene sorpresa: el báculo de San Lesmes.