Antigua puerta de la muralla medieval, aparece presidida por un escudo de la Ciudad.
La Puerta de San Gil forma parte del conjunto de murallas que mandó edificar el rey Alfonso X el Sabio en 1276 y cuyas obras se culminaron en el siglo XIV.
La puerta original fue profundamente modificada a mediados del siglo XVI por el arquitecto Juan de Vallejo, y en el siglo XVIII, por Manuel de Baztigueta. Adaptada a un ángulo del muro, aparece presidida por un gran escudo de la ciudad.
En sus inmediaciones aún se conservan restos de un viejo cubo, y en las cercanías se levanta la capilla de la Natividad de la iglesia de San Gil, que descansa sobre los restos de la antigua muralla. Durante siglos, fue una de las entradas principales de Burgos desde el Norte.
Además, ponía en contacto la ciudad con los cercanos y hoy casi totalmente desaparecidos convento de la Trinidad y convento de San Francisco. A lo largo de su historia, el Concejo dotó a este arco de diversos usos, entre los que destacaron el carcelario y, más tarde, el de casa de vecindad.